Fuente: Agencia Pública de Noticias del Ecuador y Suramerica (Andes)
Fecha: 12 de julio de 2013
Quito.- Los días de Celia Samaniego transcurren entre su casa y el centro de retiro gerontológico “Casa de Respiro". A a sus 98 años, disfruta de contar cuentos, cantar, contar cachos (chistes) y sentirse una persona activa en la sociedad. Ella forma parte de los 1’341.664 adultos mayores que existen en Ecuador.
De ellos, solo el 25% cuenta con afiliación a la seguridad social, el 75% restante no está afiliado a ningún sistema de seguridad. Sin embargo, a través del Programa de Protección Social, el Ministerio de Inclusión Económica y Social (MIES) dispuso, desde 2009, la entrega de una pensión jubilar no remunerativa.
Actualmente, 625.001 adultos mayores reciben esta pensión de 50 dólares mensuales, el objetivo es cubrir el 100% de este sector vulnerable hasta finales de 2013. Paralelamente, los adultos mayores participan en programas enfocados en proveerles atención médica integral, social y de entretenimiento.
Asimismo, desde el pasado mes de junio el MIES amplió la cobertura del bono de discapacidad para las personas mayores de 65 años de edad, que presenten más del 40% de discapacidad.
En octubre de 2012, la Mesa Intersectorial para la atención de los Adultos Mayores incluyó en las agendas ministeriales, políticas públicas, planes, programas, proyectos y acciones, que permitan un envejecimiento activo y digno de la población adulta mayor
Entre estas iniciativas consta el Programa de Atención Integral Gerontológica, la Jubilación Universal no Contributiva, el Programa del Adulto Mayor, la Campaña Nacional de Sensibilización, el Plan de Acción Interinstitucional para Personas Adultas Mayores, el proyecto de vinculación de adultos mayores al turismo interno (Plandetur), entre otros proyectos.
En Ecuador existen 13 centros gerontológicos de administración directa y 151 organizaciones civiles que trabajan en beneficio de los adultos mayores. Con la Constitución de 2008, estos centros rompieron la mirada asistencialista, de caridad y hacinamiento y pasaron a constituirse en centros de atención integrales, inclusivos, respetuosos de los derechos humanos encaminados al Buen Vivir individual y colectivo.
En el país, el sistema de protección a los adultos mayores aún es débil, sin embargo, la implementación de políticas públicas y el trabajo intersectorial permitieron que la jubilación universal no contributiva, represente el 57% de las fuentes de ingresos de los adultos mayores.
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