Fuente: Instituto Nacional de Servicios Sociales
Fecha: 22 de agosto de 2012.
Autor: Adulto mayor Luis Acevedo, residente del C.S.S.R. “Armando Reveron”
Catia la Mar.- En los cerros viven los pobres, en las colinas los ricos. Como relieves geográficos ambos son iguales, solo que, en nuestra diferencia de clases, uno y otro relieve se diferencian de acuerdo a las bases económicas de sus respectivos habitantes.
Así las cosas, partiendo de tan arraigado prejuicio clasista y especulando un poco sobre la ubicación de nuestro Centro de Servicios Sociales Residencial “Armando Reveron”, situada en la calle A, de las Colinas de Catia La Mar, de la urbanización Atlántida, en el estado Vargas, podríamos darnos el tupe de decir, si se quiere, que los residentes de dicha unidad también pertenecemos a sector de los ricachones, por el solo hecho de estar ubicados en el medio de esas lujosas y costosas viviendas que rodean a nuestra querido centro de servicios sociales.
Ah, pero eso sí, lo aclaramos de una vez, lo de ricachones ha de entenderse sólo como una broma (o ilusión de tísicos) más no como una realidad. De allí que el nombre de “Hotel 5 estrellas” no sea más que el producto de una tremendura, por demás justificada, de que en algunos contertulios suyos en mesas de cafetín o compañeros de estudios les preguntaron por algunos aspectos de su vida y, entre ellos, donde se encontraban residiendo luego del último aguacero que destruyó viviendas en Vargas (entre ellas la suya propia) siendo esta la respuesta que se le ocurrió en aquella oportunidad y la que luego, para su sorpresa, fue reseñada en la prensa regional por un periodista amigo suyo: “estoy residenciado en "el mejor hotel 5 estrellas del estado Vargas, el Centro de Servicios Sociales Residencial Armando Reveron, dependiente del Inass, popularmente conocido como el ancianato de Catia La Mar”.
No obstante aunque, aun cuando parezca un tanto humorístico lo del “5 estrellas”, tal calificativo también tiene sus visos de seriedad ya que el mismo está considerado como el más amplio espacioso y modestamente confortable instalación geriátrica en nuestra América Latina; dato que incluso ignoran muchísimos funcionario dentro del mismo Inass. Es así que se podría decir como popularmente lo decimos en Venezuela: se lleva por los cachos a todos los geriátricos privados donde se cancelan millonarias sumas de bolívares al mes por la atención que les prestan a los ancianos a quienes hoy se nos identifican como adultos mayores, aun cuando la psicología y filosofía pudiesen tener sus reservas en cuanto a lo que implican tales calificativos (adultez y mayoría).
Concluyo esta breve apreciación sobre nuestro “5 Estrellas” haciendo una sincera solicitud a todos sus integrantes –entre residentes, empleados y trabajadores en general– en cuanto a empeñarnos, cada vez más, en hacer de la convivencia humana una virtud que por ser propia del ser pensante y de quienes vemos en el marco de las teorías sociales la herramienta nos permita alcanzar una mejor armonía y equilibrio emocional en nuestras relaciones interpersonales.
Como punto a destacar, y sin que ello se entienda como ningún ejercicio a la adulancia, me siento en el deber de reconocer, con la mayor honestidad, que sigo sosteniendo lo que una vez le manifesté a un periodista guaireño y luego ocupo espacios en nuestra prensa regional: “el Centro de Servicios Sociales Residencial “Armando Reveron”, en el Estado Vargas, es la unidad modelo entre todos sus símiles en el país”; es, igualmente, el más claro exponente de cuanto significa el respeto y la atención a nuestra condición de adultos mayores, lo cual no deja de ser un logro que favorece a la dirección y altas autoridades gerenciales del Inass.
Solo una cosa si nos preocupa: es cuando algunos de sus trabajadores –¡humanos al fin!– parecen olvidar, bien por ignorancia, o por simples lapsus mentales, que como ancianos somos experiencias vivientes y por lo tanto no niñitos a quienes no se les debe intimidar con groseras respuestas orales o gestuales. Afortunadamente, entre el alto número de trabajadores que laboran en nuestro “5 Estrellas” tales personajes no pasan de cuatro o cinco, lo cual ya es mucho decir a nuestro favor.
Obviamente, somos humanos y como tal tenemos que reconocer que hasta en el cielo hay estrellas con pocas luces….¡Sólo Dios es perfecto!
No hay comentarios:
Publicar un comentario