Fecha: 13 de octubre de 2013
Una serie de recursos interdisciplinarios, bajo el paradigma de la no internación y el trabajo comunitario, desarrollado por los especialistas que trabajan con adultos mayores, permite la prevención de patologías como la depresión y el deterioro cognitivo.
"Hace más de 20 años desde la gerontología venimos trabajando con un enfoque interdisciplinario en la creación de recursos que permitan mejorar la vida de las personas mayores, no ya desde un lugar asistencial y biológico, sino desde generar una sociedad donde se encuentren activos e integrados", dijo a Télam psicóloga Graciela Zarebszky, directora de la Licenciatura en Gerontología de la Universidad Maimónides.
La especialista explicó que, si bien este enfoque fue en principio encarado por el lado de lo social, su incidencia en la salud mental de los mayores es indiscutible, y es la mejor manera de prevenir patologías como podrían ser la depresión o el deterioro cognitivo.
"En lo concreto esto implica la creación de talleres de todo tipo, la inserción universitaria de los mayores, la creación de proyectos productivos, de centros de día, la formación de cuidadores domiciliarios y un sinfín de herramientas, siempre apuntando a que el adulto mayor genere un proyecto de vida", dijo.
En el mismo sentido, la psicogerontóloga Laura Bottini detalló que "lo que uno ve más es que tanto la familia como el adulto mayor se acercan a consultar en forma temprana, lo que permite trabajar en la prevención".
"Ante las consultas, nuestra labor es determinar si por ejemplo, unas pérdidas de la memoria reciente se deben a que la persona atraviesa un duelo (y eso pasa también con los jóvenes) o responde a un deterioro cognitivo, o bien hay un poco de ambas cosas, que también puede suceder", indicó.
Y añadió: "La vejez es un momento en el que hay muchas pérdidas, por un lado la jubilación, muchas veces se da la muerte del compañero o compañera de toda la vida, los hijos se van de la casa, entonces lo que el adulto debe hacer es generarse nuevos espacios de pertenencia".
"Para ello uno trabaja en su orientación vocacional y ocupacional, porque puede ser una buena oportunidad para llevar adelante actividades que habían quedado pendientes en la adultez por las obligaciones laborales y familiares".
Por su parte, el psiquiatra Roberto Ré, director de RED SANAR, aseguró que "a diferencia de lo que puede creer el común de la gente que cuando piensa en los trastornos mentales de los mayores enseguida remite a la pérdida de la memoria o al Alzheimer, la depresión y el dolor crónico son las dos patologías más prevalentes, lo que tampoco significa que les pase a todos".
"Hay muchas cosas que podemos hacer para prevenir esas situaciones, comenzando por explicarlo a los mayores que hoy biológicamente se puede vivir con calidad hasta los 100 años, es decir que a los 60 ó 65 se tiene mucha vida por delante que hay que tomar como una etapa más", indicó.
En este sentido, el especialista llamó a "planificar la vejez, del mismo modo que cuando se planeó la vida en pareja, tener un hijo, estudiar algo, trabajar, o lo que sea; y esa planificación tiene que ser integrada no sólo a la vida familiar, sino a la comunidad porque los adultos mayores pueden ser sumamente útiles".
No obstante, los especialistas señalaron que en los sectores más vulnerables la situación es más compleja porque, si bien existen y cada vez más recursos que pone el estado para el trabajo en prevención, éstos todavía son insuficientes y las familias y los propios mayores pueden ver cuadros que son patológicos como si fueran una consecuencia "normal" del envejecimiento.
En este sentido, el martes pasado el Ministerio de Salud de la Nación presentó el Plan Nacional de Salud Mental, en el que se detectaba la falta de dispositivos específicos para el tratamiento de patologías mentales en adultos mayores, situación que se propusieron revertir antes de 2020.
Por su parte, la Dirección Nacional de Adultos Mayores (DINAPAM) viene trabajando en la generación de una serie de recursos conformes a este paradigma como la creación de un Programa de Cuidadores Domiciliarios; de La Experiencia Cuenta, que busca la transmisión de saberes intergeneracionalmente; la creación de una Especialización en Gerontología Comunitaria e Institucional, entre otros.
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